“La prevención de patologías debe comenzar desde los primeros años de vida, para lo cual existen programas que informan y enseñan las técnicas de higiene y cuidado en niños y niñas”.
La salud bucal es parte de la salud general. Influye en el bienestar físico y mental. Así como es importante para una correcta alimentación, también se relaciona con la autoestima, comunicación y relaciones sociales.
La odontóloga Milisette Neira Giddings, encargada del Programa de Salud Bucal de la seremi de Salud Magallanes, manifiesta que por estas razones es importante cuidarla desde los primeros años de edad, creando en los niños y niñas buenos hábitos que se mantengan durante toda la vida.
¿Cuáles son los pilares de la salud bucal?
Para cuidar nuestra boca y prevenir la formación de caries e inflamación de las encías o huesos que soportan los dientes (ambas enfermedades si no son controladas terminan con la pérdida de los dientes), debemos enseñar buenos hábitos de higiene, buenos hábitos de alimentación y considerar medidas de prevención que puede realizar el odontólogo.
¿Cuál es el objetivo de la higiene bucal?
Remover la placa bacteriana que se forma permanentemente sobre dientes y encías, para impedir que las bacterias dañinas produzcan ácidos que destruyen los tejidos del diente e inflaman las encías.
Para un niño o niña pequeña es muy difícil realizar una correcta técnica de higiene, por lo tanto somos los adultos quienes debemos realizar la higiene bucal de los bebés, niños y niñas, acompañarlos y repasar la higiene a medida que ellos van creciendo.
¿Qué papel juega la alimentación?
Una alimentación saludable es básica para la salud y también para la salud bucal. Primero fomentando la lactancia materna ayudamos al correcto desarrollo de las estructuras oro facial del bebé, se previenen malos hábitos de succión no nutritiva (succión de chupetes y mamaderas o succión del dedo), y se considera un factor protector de caries dental.
También se recomienda a toda edad evitar el consumo excesivo de azúcar refinado que acompañado de mala higiene, formarán los ácidos que destruyen los dientes. Y se recomienda alimentación alta en frutas y verduras, consumo de agua potable en vez de bebidas azucaradas.
¿Qué rol juega la familia en la prevención?
La familia es fundamental en la enseñanza y desarrollo de los hábitos alimentarios y hábitos de higiene. Eso incluye ser un buen ejemplo para los hijos. Si desde pequeños nos observan cepillándonos los dientes por lo menos dos veces al día, será más fácil que repitan la acción.
También es fundamental la educación que puede entregar el odontólogo, razón por la que en el servicio público, existe el programa de Control con Enfoque de Riesgo Odontológico (CERO), donde los bebés a partir de los seis meses de edad son controlados para mantenerse sanos, se enseña higiene de las encías e higiene desde la erupción del primer diente. Los controles y tratamiento (en caso de ser necesario), se mantienen hasta los seis años de edad.
Y para las personas que se atienden de forma particular, también es correcto acudir con los hijos a temprana edad al odontopediatra para prevenir las enfermedades bucales. Siempre será preferible una visita de control para familiarizarse con el box dental, con el profesional y hacer una higiene a una visita por dolor, teniendo que enfrentarse a tratamientos invasivos. Si para un adulto puede ser estresante, mucho más para un niño.
¿Se realizan actividades específicas por el mes de la salud bucal?
Desde el año 2014 se conmemora, y se han realizado diversas actividades como charlas en escuelas, concursos de fotografías y ponerle nombre a los corpóreos de salud bucal, taller de magicoterapia para educadoras de párvulos y la Feria de Salud Bucal para el público general, donde se educa, se difunden los programas de atención primaria, se regalan insumos (pasta y cepillo de dientes) y participan las instituciones que conforman la Mesa de Salud Bucal en Magallanes.
